Obsequiar un gato a nuestros hijos puede traer mucha alegría a casa y cientos de horas de diversión, pero no debemos olvidar que tener una mascota requiere compromiso, responsabilidad y dedicación.
Al fin y al cabo, un gato es un miembro más de la familia.
Antes de llevar un gato a casa es importante educar a los niños sobre las necesidades de los mismos y todo lo que implica cuidar de ellos.
Pueden leer juntos la guía Llegando a casa para conocer sobre sus cuidados y atenciones básicas. Así mismo, puede ser de mucha utilidad visitar a un amigo que tenga un gato para que los niños puedan ver en la práctica lo que requiere cuidar de un animal.
La Dra. Claudia Edwards, médica zootecnista y catedrática de la UNAM, señala que un amigo animal puede ayudar a que los niños desarrollen habilidades y valores como responsabilidad, compasión, actividad y expresividad. Además, las relaciones positivas con los animales pueden ayudarlos a desarrollar confianza en terceros, la comunicación no verbal y la empatía.